Presentación del Proyecto de Intervención


En nuestra sociedad, la dependencia a las drogas y otras adicciones sigue siendo un problema que afecta de forma negativa a muchas personas. Tanto en centros públicos, como privados, se aborda el problema de las drogodependencias desde un punto de vista biopsicosocial. Es decir, se tienen en cuenta las relaciones entre los factores biológicos junto con los factores psicológicos y sociales, para así posteriormente trabajar los cambios de conducta, cambios cognitivos (para que sepan enfrentarse a las recaídas) y entrenamiento de habilidades.

El centro en el que se llevaría a cabo el presente proyecto de intervención sería la Fundación C.E.S.-Sevilla (Proyecto Hombre)[1]. Ésta tiene como misión la prevención y el tratamiento de las drogodependencias y otras adicciones. Consiste en un programa sin fines lucrativos abierto a todas las personas que requieran ayuda, no es de índole sanitaria sino biopsicosocial. Además, dirige también su atención a la familia.

Según el artículo 6 del Estatuto de esta institución, Proyecto hombre está destinado a:
“La atención integral a personas drogodependientes y, en general, el estudio, la prevención y erradicación de las adicciones y problemáticas conexas de carácter personal, familiar, sanitario y social, promoviendo programas dirigidos a la atención y a la inclusión social de colectivos de personas con problemas de adicciones...”


Para ello, una de las labores que se llevan a cabo son actividades formativas encaminadas a la integración socio-laboral de los usuarios y usuarias.  Mi propuesta de intervención sería una actividad lúdico-formativa en la fase de acogida de los usuarios/as dentro del programa. En esta fase, al ser la primera del programa, existe una necesidad de trabajar comportamientos, puesto que trabajamos con un colectivo que llega con una vida completamente desestructurada, malos hábitos, impulsividad, manipulación, etc.
La idea de realizar la intervención que reflejaré en este proyecto viene por mi propia experiencia en el centro. Estando dentro del programa es donde se observan cuáles son las carencias, las necesidades, los puntos más importantes que trabajar, etc.  Mi experiencia ha residido en ser guía en grupos de autoayuda, llevar a cabo actividades culturales, lúdicas y educativas, motivar al colectivo para un cambio comportamental, haciendo mucho hincapié en responsabilidades y actitudes, enseñarles a hacer una programación detallada de sus fines de semanas para reeducar en nuevos hábitos, etc.
Una de las actividades culturales y lúdicas que he realizado fue encargarme de varias gymkhanas culturales en el centro. Yo he sido quien las ha diseñado, organizado, coordinado, etc. Pero tuve que pedir ayuda a varios usuarios para realizar una serie de dibujos en varias ocasiones. La sorpresa fue grata cuando vi que algunos de ellos, que eran introvertidos y apenas conseguía sacar nada de lo que sentían, al pedirles que dibujaran se relajaban y creaban verdaderas maravillas.
Se trata de personas con una autoestima muy baja, que no se valoran y en muchos casos temen hacer alguna intervención por miedo a equivocarse. Sin embargo, guardan grandes capacidades artísticas que no son desarrolladas precisamente por el bloqueo emocional que sufren. Por ello decidí realizar un taller de creación artística, con idea de que reflejaran en las actividades que realizáramos todo aquello que no consiguen expresar con palabras y les sirviera como una forma de desahogo durante el proceso.
Asimismo, uno de los principales problemas observados en el transcurso de mi experiencia dentro del programa es que no tienen actividades de ocio y tiempo libre. La mayoría comunica que pasan muchas horas sin saber qué hacer puesto que en sus hábitos de vida anteriores el único ocio que tenían estaba relacionado con las drogas. El inconveniente de pasar tantas horas sin ningún tipo de entretenimiento es que el no mantenerse ocupados les lleva al craving[2] y a pensar en el consumo de nuevo como única forma de distracción.
Dentro de Proyecto Hombre aprenden a detectar la ansiedad producida por la necesidad de consumo y se les enseña estrategias para desmontar esa sensación. La principal estrategia es comunicar a alguien de confianza que se están teniendo esos síntomas, no volver a hablarlo, ya que repetir constantemente que se está teniendo ese deseo sólo lo aumentará más, y hacer algo que mantenga el cuerpo y sobre todo la mente distraída. El taller de creación artística que propongo como intervención puede ayudar a las personas del programa a buscar alternativas de ocio y así evitar o mitigar el craving y sus consecuencias.





[1] De aquí en adelante, la llamaré Proyecto Hombre.
[2]  Craving “Necesidad irresistible de consumo” (APA, 1994: 182)

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